Gracias al internet y las redes sociales, actualmente existe un océano ilimitado de información recabada a través de sistemas informáticos que se dedican a la acumulación de datos a gran escala, los cuales posteriormente se analizan para identificar patrones recurrentes.
A esta gran base de información se le llama Big Data o Datos Masivos y está compuesta por contenido generado por nosotros mismos, los usuarios del internet. Por ejemplo, las compañías mantienen grandes cantidades de datos acerca de sus clientes, proveedores y operaciones.
En muchos países se administran enormes bases que contienen datos de censo de población, registros médicos e impuestos, y si a todo esto le añadimos transacciones financieras realizadas en línea, análisis de redes sociales y ubicación geográfica mediante coordenadas GPS, se generan alrededor de 2.5 quintillones de bytes de información diariamente en el mundo.
Su utilización va de la mano con las redes sociales, un ejemplo de ello es que las empresas hacen uso de esta información para cruzar los datos de los candidatos a un puesto de trabajo y obtener información personal.
En el ámbito comercial y ventas Amazon representa un excelente ejemplo, pues su éxito se basa en el análisis de patrones de compra de un usuario cruzados con los datos de compra de otro, creando así anuncios personalizados y boletines electrónicos que incluyen justo lo que el usuario busca en ese momento.
A la fecha se siguen explorando los beneficios del Big Data, del cual se ha demostrado que de toda su capacidad únicamente se utiliza el 10%. Si bien es a menor escala, es importante analizar los patrones de los usuarios que acceden a la página web de nuestro negocio o empresa para así identificar qué es lo que buscan y ofrecerlo de manera oportuna.